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jueves, 31 de enero de 2019

La cárcel del tiempo

Artículo de opinión

La caída en el tiempo
  • Caer en la cárcel del tiempo es un espectáculo más impresionante que la muerte
  • El filósofo nihilista Cioran destacó su predilección por los pueblos español y ruso
  • Cioran duda de cualquier sistema o doctrina, o de cualquier certeza adquirida
  • Pero Cioran se sentía bastante cercano a los pensamientos hindú y budista
  • ¿Es posible que la existencia sea nuestro exilio, y que la Nada sea nuestro hogar?
Guillermo Herrera, 31 ene 19 (Bahía del Palmer, Portus Magnus).- “La caída en el tiempo” fue el quinto libro del filósofo nihilista rumano Émile Cioran, publicado en Francia en 1.966, y diez años más tarde se publicó traducido al español. A su juicio, caer en la cárcel del tiempo es un espectáculo de caída más impresionante que el de la propia muerte: todos los seres mueren, sólo el ser humano está llamado a caer. Por ello esto fue lo que pasó con Adán y Eva: “Precipitados en el tiempo a causa del saber, fuimos inmediatamente dotados de un destino, ya que sólo fuera del paraíso hay destino.”
Cioran expresa a lo largo de su obra la nostalgia de una era primitiva, cuando el ser humano, todavía no expulsado del paraíso, vivía en la inacción y en la ociosidad. Entonces no había tiempo, ya que ser era simplemente existir, no conocer. Pero el ser humano, criatura fauta, imitador sin remedio del aciago Demiurgo, que ha creado el mundo material, cambió su plácida y eterna beatitud por la acción y por el saber. Entró así en la historia, cayó así en el tiempo.

¿QUÉ ES EL TIEMPO?
El tiempo es la duración de las cosas sujetas a mudanza, y la magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro, y cuya unidad en el sistema internacional es el segundo.
Sin embargo, para el famoso filósofo prusiano Immanuel Kant, en su “Crítica de la razón pura”, el tiempo es una forma a priori de la sensibilidad interna, mientras que el espacio es otra forma a priori de la sensibilidad externa. En consecuencia, espacio y tiempo, al ser formas puras de la intuición sensible, son también condiciones inherentes al sujeto que intuye.
Esto se parece mucho a la moderna mecánica cuántica relativista, dentro de la cual, al igual que sucede en la teoría de la relatividad, el supuesto de un tiempo absoluto es inaceptable e inapropiado. En la mecánica relativista, la duración de un proceso depende del sistema de referencia donde esté situado el observador, y de su estado de movimiento.
CUATRO REFLEXIONES
  • Sobre los peligros de la sensatez dijo Cioran: “Nuestra fuerza se mide por el número de creencias de las que hemos abjurado; así cada uno de nosotros debería concluir su carrera como desertor de todas las causas.” De este modo Ciorán duda de cualquier sistema o doctrina, de cualquier certeza adquirida, aunque sea a través de la duda misma, para no caer en los espejismos de las apariencias.
  • Sobre el más antiguo de los miedos, el miedo a la muerte, dice que “la naturaleza se ha mostrado generosa sólo con aquellos a los que ha otorgado el privilegio de no pensar en la muerte”.
  • Sobre la enfermedad reflexiona: “Todo lo que de una u otra manera nos afecta es virtualmente sufrimiento. ¿Aceptaremos la superioridad del mineral sobre la del ser vivo?”
  • Sobre el deseo y el horror de la gloria reflexiona: “No es sino mediante la denegación de nuestros actos y el asco de nosotros mismos como podemos reivindicarnos.”
EL ACIAGO DEMIURGO”
El aciago Demiurgo” es otro libro de Cioran publicado en Francia en 1.969, y en España cinco años más tarde, con traducción de Fernando Savater. El Demiurgo es un semidiós menor y malvado, principio activo del mundo material, que crea la materia, encadenando el Alma a la prisión de la carne. Aciago’ significa, infausto, infeliz, desgraciado y de mal agüero.
Curiosamente, los gnósticos ven al Demiurgo no sólo como el moldeador de este mundo, sino también como el manipulador de la especie humana. Asimismo, algunas escuelas marginales de pensamiento moderno ven a las entidades negativas hiperdimensionales, como manipuladores del espacio y del tiempo, y del código genético del ser humano degradado.
Otros libros de Cioran tienen títulos muy elocuentes, significativos y provocativos como En las cimas de la desesperación”, “El ocaso del pensamiento”, “Breviario de podredumbre”, “Silogismos de la amargura”, “La tentación de existir”, “Del inconveniente de haber nacido”, “Ese maldito yo” o “Extravíos”.

CIORAN
Cioran se sentía bastante cercano a los pensamientos hindú y budista; sobre todo porque son los únicos que entienden realmente el concepto de ‘vacío’, que es el único que puede eliminar el temor a la muerte.
Gustav Meyrink, autor entre otras de “El Golem”, cita una frase que atribuye a Buda: “Buscando al constructor del edificio (el Demiurgo) he recorrido sin pausa el trayecto circular de muchas vidas. Ahora te he encontrado y he penetrado en tu Ser. ¡Nunca más me construirás casa alguna!”
En sus escritos, Cioran destacó su predilección por los pueblo español y ruso a los que consideraba “pueblos derrotados”. En España, Cioran marcó profundamente al filósofo Fernando Savater, que escribió un “Ensayo sobre Cioran” y tradujo y prologó algunas de sus obras.

EXPERIENCIA PERSONAL
Cioran me lo descubrió mi amigo Vicente Guzmán cuando asistíamos a una tertulia con los profesores Fernando Savater y Agustín García Calvo en los años setenta.
Éramos hijos ingenuos del existencialismo parisino de Sartre y Camus, pero la tertulia fracasó con el suicidio de una tertuliana que llevó su pesimismo existencial hasta las últimas consecuencias, pero sembró una semilla que ha dado fruto: estos artículos que comparto con mis lectores.
La alienación humana, el más destacado de los temas presentado por Jean-Paul Sartre y Albert Camus, es formulada en 1.932 por el joven Cioran: ¿Es posible que la existencia sea nuestro exilio, y que la Nada sea nuestro hogar? Yo creo que sí, si entendemos a la ‘Nada’, no como la ausencia de todo, sino como la presencia del Ser Absoluto no manifestado, que es la Fuente de la Creación y de la Vida.
Provocador a ultranza, este pensador de Transilvania animó durante su vida innumerables controversias contra lo establecido, contra las ideas constituidas en norma o el dogmatismo. Fascinado por instaurar un pensamiento a contracorriente, en el cual el cinismo tiene un lugar preponderante, escribió su obra sin concesión alguna.
Las obras de Cioran abarcan muchos y variados temas: el pecado original, el sentido trágico de la historia, el fin de la civilización, la negativa del consuelo por la fe, la obsesión por la vida eterna, como una expresión del hombre metafísico, el exilio, etc.

DESEQUILIBRIO
Hay demasiadas personas que están ciegas y sordas a los impulsos del Espíritu. Además, se alimentan y defienden los impulsos egoístas, primitivos e irracionales que brotan de los programas y de las energías negativas presentadas en su inconsciente. Lo inferior está subvirtiendo a lo superior. Estos no son casos aislados, es epidémico por desgracia.
Está claro de la observación de que nacemos con ciertas fallos en el diseño genético, tales como estar discapacitados contra el uso de nuestra capacidad cerebral total, y siendo confinados o limitados a la percepción de los cinco sentidos únicamente. También está claro que el mundo en el que entramos es antagónico al espíritu.

¿QUIÉN ES EL DEMIURGO?
Cioran habla del gnosticismo: en la cima de los seres existe un Dios, un ser perfecto e inmanente, cuya propia perfección hace que no tenga relación alguna con el resto de seres imperfectos. Es inmutable e inaccesible a su juicio.
Descendiendo en una escala de seres emanados de aquel llegamos finalmente al Demiurgo, antítesis y culmen de la degeneración progresiva de los seres espirituales, y origen del mal. En su maldad, el Demiurgo crea el mundo material, la materia, encadenando la esencia espiritual de los hombres a la prisión de la carne.
Para la tradición gnóstica el Demiurgo es el mal, como creador y ordenador del mundo material, aprisionando a los hombres y encadenándolos a las pasiones materiales. El Espíritu es la única parte de la Divinidad que le corresponde al ser humano, liberando éste una batalla permanente frente al cuerpo y lo material, transformando así la tierra en el infierno, entendiendo por infierno no el concepto del Hades o del inframundo, sino, simplemente, el lugar más alejado de Dios.
Tan sólo la Sophia, la Sabiduría, la Gnosis, llega por amor, desde lo sutil hasta la tierra para liberar al ser humano de la esclavitud de la materia. La salvación no es una cuestión de creencia o de piedad divina, sino que se convierte en una revelación, sólo posible para aquellos que aún no han perdido del todo lo poco de Divinidad que todos los seres humanos poseen, a juicio de los gnósticos.



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